En el marco de la pandemia del Covid-19 y desde que comenzara la cuarentena nacional el 15 de marzo, la gestión de residuos en España ha mostrado falencias en el tratamiento de los residuos del virus.

Es cierto que por un lado, se ha visto disminuida la cantidad de residuos domiciliarios comunes (exceptuando deshechos de papel y cartón) debido a la baja del consumo en restaurantes, por ejemplo.

Pero a su vez, ha habido un incremento exponencial en los residuos sanitarios (300% de incremento). El problema de esto, es que España no cuenta con la tecnología necesaria en cuanto a maquinarias de recogida y retirada de residuos, así como en las plantas de tratamiento, para seleccionar efectivamente los residuos peligrosos o contagiosos y poder finalmente reciclar. Aún las manos humanas en la tarea de acopio y selección de los deshechos es muy necesaria.

Por ésto, y tratando de evitar el contacto con los residuos contagiosos, el gobierno dispuso la utilización de las 11 plantas incineradoras que posee España para eliminar los residuos del Covid-19. Esta medida trae graves consecuencias medioambientales según denuncian los ecologistas.

Además las plantas incineradoras no dan abasto con la demanda. Por citar un ejemplo, la incineradora de Valdemingómez en Madrid ha aumentado notablemente su actividad pasando de las 10 toneladas a las 15 toneladas diarias calcinadas.

Pero un dato preocupante ha sido que los residuos plásticos se han incrementado un 14% y esto se debe a una falsa sensación de seguridad implantada desde los medios de comunicación. Hoy sabemos que el virus puede sobrevivir en este material hasta por 72 hs. Por lo que el alto consumo del plástico no tendría justificación válida, además del peligro medioambiental que conlleva.

Según los ecologistas, las incineradoras deben ser el último recurso a utilizar y siempre con los residuos sanitarios ya que, como mencionamos con el plástico, puede recurrirse al acopio temporal del material Hasta que el virus termine desactivándose. Luego se podrá proceder normalmente con el tratamiento y eliminación.

Durante la crisis del Covid-19 no se ha podido recavar datos certeros sobre la cantidad de residuos que están siendo reciclados ni de cuántos son eliminados directamente en los vertederos pudiéndose reciclar. Lo cual se debe a que las plantas especiales de tratamiento no cuentan con la maquinaria adecuada para evitar recurrir a la manipulación humana de los residuos.

Todo esto ha puesto en tela de juicio el sistema de gestión de residuos que tenemos en España. Quizás sea una buena ocasión para cambiar el modelo actual por uno mas eficiente focalizando la reducción y reutilización de los residuos.

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