Uno de los mayores problemas medioambientales al que nos enfrentamos actualmente, es la contaminación generada por las pilas y baterías.

Existen en ellas elementos como el mercurio, cadmio, zinc o níquel que son altamente contaminantes si se desechan en los vertederos o si son incinerados.

Según los últimos datos de Ecopilas (Organización encargada de la gestión de residuos de pilas y baterías) España consume una media de 45 millones de unidades de pilas mensuales. Aunque en época de confinamiento se ha visto una suba del 15% 

Diariamente se recogen de los contenedores especiales más de 463.300 pilas recuperando al día 2,3  toneladas de hierro y 2,8 de zinc, además de 2,8 toneladas dd otros metales como cobre o manganeso.

La labor de Ecopilas comienza con las campañas de sensibilización ciudadana y la instalación de contenedores especiales en miles de puntos de nuestro país. Luego realizan la recogida y retirada de residuos y son trasladados a las plantas de tratamiento donde las pilas serán clasificadas según su composición química y recicladas recuperando el 70% del material.

El reciclaje permite el aprovechamiento de las materias primas secundarias que se obtienen de los residuos que pueden reintroducirse nuevamente en el proceso productivo de pilas y baterías o utilizarse para la fabricación de otros productos.

La gestión de residuos de pilas y baterías no es una tarea sencilla pero es sumamente importante. Como consumidores, debemos ser concientes del daño que estos residuos generan al medio ambiente si no son tratados de manera correcta. Es nuestra responsabilidad el estar  informados sobre la forma más eficaz de desechar nuestras pilas y baterías en los contenedores especiales. 

Así evitaremos mezclarlas con otros residuos que luego terminarán en el vertedero generando una mayor contaminación del aire y el agua. 

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