El rubro de la hostelería en todas sus formas, es uno de los que más genera residuos en nuestro país.
Debido a la crisis que ha sufrido la industria turística por la pandemia de Covid-19, se ha notado una importante disminución de los deshechos, lo que ha significado un alivio en materia ecológica. Pero sabemos que pronto deberán reactivarse todas las actividades nuevamente y entonces la gestión de residuos volverá a ser un tema fundamental.
Según un estudio realizado para el Ayuntamiento de Alpedrete, en 2018 se generaron casi 7000 toneladas de residuos. La recogida selectiva se dividió en cinco áreas:
- Restos 77,32%
- Envases 4.61%
- Papel y cartón 4,08%
- Grandes volúmenes 12,40% residuos colocados en contenedores de obra y Escombros, material de construcción, etc.
- Podas (1,59% material biodegradable, ramas, etc.)
Como vemos, el apartado de restos concentra más de las tres cuartas partes de la labor de recogida y en él se incluye mucho de los residuos provenientes de la actividad hostelera como son los alimentos en mal estado, desperdicios, partes no comestibles presentes en alimentos, cascos de botellas, material de limpieza, por citar algunos.
Y aunque es imposible pretender no generar residuos, cada establecimiento debe cumplimentar una serie de requisitos y normas que establece el municipio para agilizar la recogida y retirada de los mismos desde los contenedores.
A su vez, se debería garantizar la reducción de residuos en los establecimientos gastronómicos mediante la cocina de aprovechamiento, por ej., como recurso para dar salida a los excedentes alimenticios. La reactivación económica de la hostelería es un hecho y pronto todos los hoteles, restaurantes y bares de nuestro país estarán abiertos al público. Manteniendo las medidas de higiene necesarias y trabajando en conjunto, la gestión de los residuos no significará un problema mayor.