A raíz de la pandemia del Covid-19 tanto en nuestro país como en el mundo, todo ha sido modificado.

Hemos tenido que cambiar nuestros hábitos y costumbres, nuestra forma de trabajar y la manera de relacionarnos. Las redes sociales si bien antes eran una herramienta de esparcimiento, durante el confinamiento se volvió prácticamente indispensable. 

Hay quienes se dedicaron a escribir y otros a teletrabajar. Algunos adoptaron hábitos sanos como el ejercicio o una alimentación más saludable y otros no dejaron de ver las últimas series televisivas sentados en su sofá.

La vida cambió, es indudable…y en muchos aspectos ese cambio fue positivo: hemos descubierto que podemos unirnos para lograr el bienestar común de los seres humanos y ser solidarios con quienes están aún sufriendo la crisis. Esta cara de la moneda es muy significativa y valorable.

No obstante, existe otro lado…La realidad actual de los residuos en España. Es cierto que esta pandemia nos sorprendió a todos y esto no es ajeno a los municipios que se vieron desbordados en cuanto a gestión de residuos se refiere. Debido a que muchos establecimientos (públicos y privados) tuvieron que cerrar sus puertas, los puntos limpios de las ciudades tuvieron que cerrarse también.

Esto ha provocado que los vecinos de ciudades como Guadarrama, Alpedrete o Las Rozas desechen los residuos de grandes volúmenes como restos de poda o ramas, enseres viejos o muebles, escombros y restos de obra, en la vía pública. Cabe aclarar que esta acción esta prohibida. 

A su vez, la recogida de residuos selectivos también se vio afectada: disminuyó drásticamente la frecuencia de retirada, lo que trajo como consecuencia la acumulación de residuos domésticos en contenedores de obra o escombros e impidiendo la correcta gestión de residuos urbanos.

Otro punto no menor, es que la situación provocó la creación de vertederos improvisados en diversos puntos de España fuera de todo control municipal generando contaminación medioambiental y problemas para la salud humana.

Estamos saliendo del confinamiento y de a poco todos los sectores están retomando nuevamente sus actividades. Los comercios reabren, el sector de la gastronomía y hostelería vuelven a trabajar, los ciudadanos pueden hacer sus compras en persona y seguramente en un abrir y cerrar de ojos, volveremos a la normalidad. Pero, ¿qué pasará con los residuos?

Es imperioso que desde los municipios se tomen medidas urgentes para frenar la acumulación de residuos que ya existe. Muchos de ellos esperando aún en los vertederos, otros en las incineradoras, pero más aun en los contenedores esparcidos por el país que ya no son suficientes ni reabriendo los puntos limpios.

Será tiempo de mejorar las políticas de gestión de residuos locales y concienciar al ciudadano involucrándolo al ciento por ciento con la salud del planeta.

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