Muchos portales informáticos y especialistas en gestión de residuos, suelen hacer hincapié en la importancia de la aplicación del método de las tres R –Reducir, Reciclar, Reutilizar-. Y con la expansión territorial y masiva construcción de viviendas, es vital considerar este método en el sector de la industria mencionada.

El objetivo consiste en acopiar eficientemente en contenedores de obra y escombros la mayor cantidad de residuos de construcción y demolición, para minimizar la cantidad de residuos que se disponen finalmente en un vertedero; entendiendo que cualquier vertedero impacta de manera negativa en el medio ambiente y en la salud de las personas.

Este impacto negativo puede resolverse de múltiples maneras, con estrategias coordinadas y conciencia social.

En el sector de la construcción, estas estrategias consisten en la reducción de la cantidad de residuos, en la promoción del uso o alquiler de contenedores de obra y escombros, en el fomento de la reutilización de estos materiales destinándolos a otros fines.

Cuáles son los residuos de construcción y demolición

Para que puedas comprender el enfoque de esta información, debes conocer en primer lugar, cuáles son los residuos de construcción y demolición.

– La construcción, rehabilitación, reparación, reforma o demolición de un bien inmueble, tal como un edificio, carretera, puerto, aeropuerto, ferrocarril, canal, presa, instalación deportiva o de ocio, así como cualquier otro análogo de ingeniería civil.

– La realización de trabajos que modifiquen la forma o sustancia del terreno o del subsuelo, tales como excavaciones, inyecciones, urbanizaciones u otros análogos.

– Los residuos que se generen en obras para los que hay una regulación específica (por ej: envases, aceites industriales, neumáticos fuera de uso, etc.) deben ser gestionados conforme a lo que dicha legislación establezca. Deben mantenerse separados de otros RCD de la obra, preferentemente en distintos contenedores de obra y escombros.

Características de los residuos de la construcción

Los residuos de construcción y demolición se clasifican en peligrosos y no peligrosos.

Los primeros se pueden recuperar y aprovechar para darles una segunda vida. Su aprovechamiento depende de que conformen un flujo de suficiente pureza y no estar contaminados por sustancias peligrosas. Esto se logra con la utilización de contenedores de obra y escombros. Los residuos peligrosos se deben recoger y tratar en un contenedor de obra y escombros aparte. Para ello se envían a especialistas autorizados de empresa de gestión de residuos.

Los residuos peligrosos son perjudiciales para la salud de las personas y para el medio ambiente. Estos materiales son peligrosos porque pueden ser inflamables, tóxicos, irritantes, cancerígenos, ecotóxicos, fuente de sulfhídrico en vertederos.

De esta forma, está prohibido de manera expresa por normativa, mezclar residuos peligrosos y no peligrosos. El uso de múltiples contenedores de obra y escombros para lograrlo es muy importante.

Qué se hace con los residuos de construcción y demolición

En primer lugar los residuos de construcción y demolición se pueden separar en obra o bien enviar directamente a una planta de clasificación. Para cualquiera de las dos opciones, es fundamental el uso de contenedores de obra y escombros. Los que son clasificados en obra y previamente tratados se envían directamente a la planta de reciclado.

Los productos que se pueden tratar en obra son los áridos, los metales, el hormigón, las maderas, los cerámicos, el plástico, el papel y el cartón.

El éxito de la valorización de los residuos de construcción y demolición depende de varios factores:

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