Como bien sabemos, el reciclaje de residuos es uno de los mayores aportes para contribuir al cuidado del medio ambiente. Desde una pequeña acción doméstica hasta una de gran envergadura pueden hacer la diferencia.
Los desechos de poda de las distintas ciudades no están exentos dentro de la gestión de residuos a nivel local o global y cada gobierno debe promover medidas para minimizar el impacto social de los residuos. Una acción importante es la contratación de empresas de poda; ellas cuentan con contenedores de poda dispuestos en diversos puntos estratégicos de la ciudad abarcando la mayor cantidad de zonas. Estas empresas además realizan la recogida de poda y recogida de ramas mediante grúas con pulpo haciendo un trabajo mucho más ordenado y eficiente.
Una vez finalizada la poda, las acciones continúan con el transporte hacia las instalaciones donde serán clasificados para su reciclaje. Los troncos y ramas de mayor volumen serán comercializados y el resto será compactado y reciclado convirtiéndose en chips, astillas y viruta.
Así vemos que, aunque la poda produce desechos que son biodegradables, su reciclaje es pieza fundamental en la gestión de residuos y debe seguir siendo considerada como tal.