El teletrabajo es de las actividades que más han crecido en los últimos tiempos no sólo aquí en España sino en el mundo entero.
A raíz de las medidas sobre el aislamiento social y el confinamiento por la pandemia de Covid-19 la mayoría de las empresas se vieron obligadas a modificar la forma de ofrecer sus productos. Esto llevó a que miles de trabajadores pudiesen trabajar desde sus casas.
Esta metodología laboral, aunque no es nueva, se vio incrementada exponencialmente estos últimos tiempos así como sus consecuentes beneficios.
«Reinventarse» ha sido la palabra clave para muchos sectores de la economía que debieron adaptarse al cambio e incorporar nueva tecnología para hacer frente a la problemática evitando pérdidas.
Pero trabajar desde casa, no solo implicó respetar el aislamiento social durante esta pandemia, sino que trajo consigo, enormes beneficios para el medio ambiente.
Al no tener que trasladarse para asistir a los lugares de trabajo, se logró mermar la emisión de gases contaminantes disminuyendo el efecto invernadero.
Por otro lado, los residuos del sector hostelero se redujeron drásticamente; y los contenedores ya no se vieron abarrotados como antes.
Por otra parte, y aún cuando muchas personas aprovecharon el confinamiento para realizar remodelaciones, también en los puntos limpios de la comunidad se notó una baja en los desechos de gran tamaño como muebles o enseres viejos. Y los contenedores de obra ya no superaban la capacidad de los escombros.
Sin lugar a dudas, la implementación y el crecimiento del teletrabajo en España, produjo más beneficios y comodidad que complicaciones. Las empresas no disminuyeron sus ganancias (uno de los grandes retos a derribar) sino que por el contrario, se adaptaron al cambio y se profesionalizaron.
Y gracias a estas medidas, el medioambiente fue uno de los más favorecidos.
Quizás en el teletrabajo hemos encontrado un camino concreto y firme hacia la sostenibilidad de España.