Se denomina ‘residuo peligroso’ a todo sustancia derivada de una actividad o proceso productivo; ya sea sólida, líquida o gaseosa, que se considere nocivo para los seres vivos o el medio ambiente.
Algunas de las propiedades que poseen por lo que se consideran peligrosos son la inflamabilidad, toxicidad, reactividad o corrosividad.
Según la procedencia de los residuos peligrosos, se pueden clasificar en:
- Urbanos: son los desechos provenientes de la vida cotidiana (algunos se hallan mezclados entre escombros o en contenedores de obra como por ejemplo envases de solventes o artículos de limpieza)
- Industriales ligeros: provenientes de la industria manufacturera, no son tan difíciles de eliminar y tienen un impacto medio para el ecosistema.
- Industriales pesados: Producto de las grandes industrias de transformación de la materia, suelen ser muy peligrosos para el medio ambiente y tener un impacto profundo en la vida circundante.
- De combustión: Residuos gaseosos y líquidos que libera al ambiente la combustión de sustancias inflamables (como los hidrocarburos del combustible)
- Agrícolas: materia orgánica que será biodegradada eventualmente pero se hallan agrotóxicos y pesticidas entre ellos.(ramas y otros restos de poda, alimentos putrefactos, etc.)
- Residuos militares: aquí encontramos restos de armamento, bombas atómicas o armas químicas, etc., tanto como la chatarra y los materiales explosivos.
En cuanto a la correcta gestión de residuos peligrosos por parte de las empresas que los producen, es sumamente importante seguir las pautas que marca la normativa europea:
- Minimizar la cantidad de desechos tóxicos y su peligrosidad.
- Recuperar las materias que se puedan para su reintroducción y reutilización.
- Reciclar para obtener materias primas de otros procesos.
- Aprovechar los residuos peligrosos para su valorización energética.
- Confinar en contenedores de seguridad o incinerar los residuos que no sean recuperables.
El transporte de dichos residuos peligrosos también es un tema a considerar ya que previente deben están clasificados y separados en contenedores aptos, sellados y etiquetados.
De esta manera se asegura que no existan derrames o pérdidas de las sustancias contaminantes y a su vez, se lleva el correspondiente registro de trasporte.
Cabe mencionar que las empresas de gestión de residuos deben cumplir con la normativa de transportes ADR, un acuerdo europeo que regula el transporte internacional de mercancías peligrosas por carretera.
Por último es importante destacar la labor que realizan los Ayuntamientos de la Comunidad de Madrid que diariamente llevan adelante los controles a las empresas de gestión de residuos peligrosos para que su impacto en nuestra vida cotidiana y medio ambiente sea cada vez menor.